Las infecciones de transmisión sexual son importantes para el campo de la prevención porque están asociadas con un fuerte impacto económico. Esto se debe a que pueden estar asociados con varias comorbilidades, incluidas, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) causada por clamidia y gonorrea, cáncer de cuello uterino y otros cánceres causados por el virus del papiloma humano (VPH), infecciones oportunistas causadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y daño hepático, cirrosis hepática causada por hepatitis B. El costo estimado de las ETS adquiridas sexualmente en los Estados Unidos fue de $ 15,9 mil millones en 2018. Se ha informado que los hombres representan aproximadamente las tres cuartas partes de la población que padece algún tipo de ETS. Se supone que estos costos están directamente relacionados con el éxito de las campañas de prevención de este tipo de enfermedades. Se estima que, si no fuera por este tipo de estrategias de atención médica, el costo promedio por infección a lo largo de la vida podría ser significativamente mayor. Por ejemplo, la detección de clamidia y gonorrea puede reducir el riesgo de ETS, reduciendo los costos de estas infecciones. Por otro lado, se indica que los costos utilizados en las estrategias de prevención de ITS serán mucho menores que los utilizados anteriormente para tratar este tipo de enfermedades.

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