Los niveles de hidratación corporal pueden asociarse al desarrollo de Diabetes

El agua es uno de los componentes principales del cuerpo humano, se encuentra ampliamente distribuida en células, tejidos y órganos. Sus funciones incluyen mantener el equilibrio electrolítico, regular la temperatura corporal y lubricar las articulaciones. En general, el agua favorece el mantenimiento de la homeostasis corporal, regulada por hormonas como la arginina vasopresina, que favorece la reabsorción y retención de líquidos. Pequeños cambios en el estado de homeostasis corporal pueden dar lugar a algunas patologías, por ejemplo, la deshidratación, generalmente debida a una ingesta insuficiente de líquidos o a una pérdida excesiva de líquidos corporales, podría perjudicar las funciones cognitivas. Por otro lado, la sobrehidratación, aunque poco común, puede provocar dolores de cabeza, náuseas y pérdida de memoria. Si la cantidad de agua conduce a una dilución excesiva de la pulpa del soluto, esto puede favorecer el desarrollo de inflamación y perjudicar la glucogenólisis y la proteólisis en el hígado. Por el contrario, cuando la dilución de los solutos celulares es baja se promueve la glucogenólisis, la glucólisis y la proteólisis. Esta y otras evidencias demuestran que el agua está ligada al control del metabolismo de la glucosa, por lo que se ha comprobado que este líquido puede estar relacionado con el desarrollo de diabetes y otras enfermedades metabólicas. Más información

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