Disminuye con ejercicio el síndrome de Fragilidad asociado a la edad

Los avances en las ciencias de la salud han generado un gran aumento de la esperanza de vida de las personas, llegándose a duplicar esta en todo el mundo. Esto, entre otras cosas, aumenta la proporción de personas mayores, esperándose un incremento del número de las personas de 80 años, o más, tres veces mayor a lo actual. Estos cambios demográficos van acompañados de cambios relevantes en epidemiología que deberían conducir a cambios en el campo clínico, teniendo en cuenta los nuevos retos que esta población supone para los sistemas sanitarios y sociales, que son bastante diferentes a los de las poblaciones más jóvenes. Un aspecto de cuidado de los adultos mayores es el desarrollo de “fragilidad”, esto es un síndrome geriátrico caracterizado por una reserva funcional reducida, lo que resulta en una mayor vulnerabilidad a los factores estresantes y una capacidad limitada para mantener la homeostasis corporal. Una actividad que puede disminuir el desarrollo de este síndrome es el ejercicio, esta actividad puede regular la inflamación crónica, así como el estrés oxidativo, lo que disminuye los efectos de la edad sobre el organismo. Se ha observado que el ejercicio tiene capacidades antioxidativas en musculo, sin embargo, si se práctica a intensidades y duraciones inadecuadas esta actividad puede provocar efectos adversos. Además, el ejercicio, va aumentar el anabolismo celular, lo que resulta en un aumento de la síntesis de proteínas musculares y por tanto de masa muscular, lo cual favorece la retención de funcionalidad corporal. En resumen, el ejercicio al disminuir la inflamación, aumentar la capacidad antioxidante del cuerpo y al favorecer el anabolismo celular disminuye la gravedad del síndrome de fragilidad. Más información

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