Son bien conocidos los beneficios del ejercicio para la salud personal, para la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas. Prescribir esta actividad es una especialidad que implica conocer el estado de salud de una persona, su nivel de condición física y sus objetivos específicos. Los objetivos específicos de un plan de fitness se centran en la frecuencia, la intensidad, el tiempo, el tipo, el volumen y el progreso (FITT-VP). La frecuencia indica con que temporalidad se debe realizar el ejercicio. La intensidad se refiere al porcentaje de la frecuencia cardíaca máxima utilizada durante la actividad física. El tiempo es la cantidad de minutos dedicados al entrenamiento, el Tipo es la clase de ejercicio a realizar, el Volumen, es la cantidad total de ejercicio realizado, es la cantidad total de ejercicios aeróbicos o series y repeticiones a realizar. Más información sobre una preinscripción de ejercicio puede incluir, entre otras, instrucciones sobre prevención de lesiones, pasos importantes en una rutina de ejercicios, como calentamiento, acondicionamiento, enfriamiento, descanso y recuperación. Quienes mejor pueden recomendar un plan de entrenamiento son los médicos, científicos del deporte, nutricionistas y entrenadores. Cada uno tiene ventajas y desventajas, por ejemplo, los médicos pueden tratar problemas de salud que afectan el rendimiento, pero muchos no están familiarizados con las modalidades de ejercicio, los científicos conocen los resultados entre los tipos de entrenamiento y el logro de objetivos, pero carecen de conocimientos médicos, y los entrenadores conocen sobre los métodos de entrenamiento, sin embargo, pueden hacer falta conocimientos médicos y de ciencias del ejercicio. Por ello, se recomienda que diseñar un plan de formación debe realizarse por un equipo multidisciplinar para conseguir mejores resultados.
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