Con el envejecimiento algunas ocasiones se producen cambios adversos en la composición corporal, incluida la pérdida de masa muscular, una peor calidad del músculo esquelético debido a la infiltración de grasa muscular y la acumulación de masa grasa en los órganos. Esto se caracteriza por un aumento del tejido adiposo visceral, incluso entre los haces de músculos esqueléticos, el tejido adiposo intermuscular y el tejido adiposo subcutáneo. Prevenir la pérdida de masa muscular y la acumulación de exceso de tejido adiposo en adultos de mediana edad puede reducir las enfermedades relacionadas con la edad, como la sarcopenia y la obesidad sarcopénica en la vejez. Por tanto, es importante identificar estrategias para aumentar o mantener la masa muscular y reducir la acumulación de tejido adiposo antes del envejecimiento. En este sentido, se ha señalado que, además del ejercicio físico, la ingesta elevada de proteínas favorece y mantiene la masa muscular al tiempo que reduce potencialmente la acumulación de grasa. Un estudio realizado en hombres australianos encontró que una dieta tradicional rica en proteínas animales, vegetales y cereales integrales se asociaba con un aumento de la masa musculoesquelética. Por otro lado, en Corea, se demostró que los adultos de mediana edad y ancianos que consumían dietas ricas en arroz blanco, pescado y algas tenían menos probabilidades de tener un índice de masa musculoesquelética bajo que aquellos que consumían dietas ricas en comidas picantes, verduras y carne. Vale la pena señalar que una dieta de alta calidad generalmente contiene cantidades significativas de fuentes alimentarias proteicas (carne, aves, pescado, huevos, productos lácteos, nueces y/o alternativas a la carne), cereales integrales, frutas y verduras, y una menor ingesta de Productos de cereales refinados, azúcar añadido, así como grasas saturadas y sodio.
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