Las personas que pertenecen a las minorías sexuales y de género (comunidad LGBTIQ+) se enfrentan a muchas barreras que dificultan el acceso adecuado y oportuno a servicios de salud. Esto se genera, entre otras cosas, a que el gobierno y la sociedad en general es incapaz de erradicar la violencia, la estigmatización , discriminación y/o desprotección de la comunidad LGBTIQ+. En cuanto a salud se ha registrado que l@s miembr@s de esta comunidad presentan una mayor prevalencia de enfermedades, tanto mentales como físicas, en comparación con la población cis-heterosexual. Estudios indican que esta comunidad presenta mayor riesgo de presentar problemas de salud mental (depresión, ansiedad o conducta suicida), consumo de sustancias psicoactivas (alcohol o tabaco), enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, diversos tipos de cánceres (colorrectal, hígado, mama, ovario, cervical, prostático y testicular) e infecciones de transmisión sexual. En relación con la nutrición y la alimentación, se ha registrado una mayor presencia de distorsión o alteraciones de la imagen, peso y composición corporal, así como con un mayor riesgo al desarrollo de conductas alimentarias patológicas. Todo esto se acentúa con el acceso a dietas de baja calidad, inseguridad alimentaria, riesgo de malnutrición por déficit durante el envejecimiento, así como a las necesidades de salud específicas para cada grupo de la diversidad sexual y de género en todo el ciclo vital. Es planteado que una forma de disminuir, los problemas alimenticios, y otros, de la comunidad LGBTIQ+, es necesario la sensibilización, formación en materia de salud hacia la diversidad sexual, consideraciones nutricionales especiales e investigación entorno a sus necesidades particulares, entre otras cosas.
Más información
