La actividad física es un factor importante y modificable que influye en la función física a largo plazo y en la esperanza de vida en los supervivientes de un Accidente Cerebrovascular (AC). Un AC ocurre cuando algo bloquea el suministro de sangre a una parte del cerebro o cuando un vaso sanguíneo en el cerebro estalla. En ambos casos, partes del cerebro resultan dañadas o mueren. Se ha demostrado que aumentar la actividad física mediante la movilización temprana durante la hospitalización de un paciente con AC puede contribuir a mejorar los resultados funcionales después del evento. Varios estudios señalan que los niveles altos de actividad física antes de la AC se asocian con una menor gravedad de los eventos y una probabilidad de mejora funcional a largo plazo. También se ha comprobado que hacer ejercicio durante la fase aguda de la AC proporciona mejores resultados en cuanto al funcionamiento corporal. Todo esto nos demuestra que el ejercicio puede ser una herramienta para prevenir y/o reducir la gravedad de un accidente cerebrovascular. Más información
