La actividad física proporciona distintos beneficios al desarrollo físico, mental y social de los adolescentes. Esta actividad mejora la resistencia cardiorrespiratoria, fortalece los músculos, aumenta la flexibilidad e incrementa la vitalidad, lo anterior, al mejorar el consumo de energía y la calidad del sueño. El ejercicio también reduce la inflamación y estimula la secreción de neurotransmisores, tales como la serotonina y las endorfinas, lo que se relaciona con un estado de ánimo positivo y sensación de felicidad, además promueve la estabilidad mental, el pensamiento positivo, aliviando el estrés y la depresión. En adolescentes, se ha registrado, la actividad física aumenta la autoestima y la autoeficacia, por otro lado, ayuda a que este grupo etario se autorregule, establezca objetivos independientemente y se auto-desafíen mediante el ejercicio. El ejercicio realizado a través de algún deporte puede ayudar a formar y mantener relaciones sociales, a través de equipos deportivos y actividades de clubes, en estos grupos, los jóvenes pueden establecer relaciones estrechas con sus compañeros y sentir alegría de estar juntos. Esta construcción de relaciones sociales puede favorecer a desarrollar amistades y apoyo social, prevenir sentimientos de aislamiento y promover la adaptación social, lo que se ha relacionado con una disminución en el desarrollo de ansiedad y trastornos depresivos. Por esto se incita a que, durante la adolescencia, y todas las etapas de la vida en general, se practique alguna actividad física para favorecer la salud mental. Más información
