La diabetes tipo 2 es un problema de salud pública cada vez mayor en todo el mundo; su prevalencia se estima que es del 10,5% de la población actual. Los factores de riesgo asociados a esta patología incluyen: edad, sobrepeso/obesidad, inactividad física, antecedentes familiares, antecedentes de diabetes gestacional y prediabetes. La prediabetes, por su parte, se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre, pero por debajo de los criterios para el diagnóstico de diabetes tipo 2, también se observa intolerancia a la glucosa y/o hemoglobina glucosilada elevada. Se informa que alrededor del 70% de las personas con prediabetes desarrollarán diabetes tipo 2. Un elemento que puede reducir la posibilidad de progresión de prediabetes a diabetes es el ejercicio físico en sus diversas modalidades, tales como: Entrenamiento aeróbico y/o de fuerza. Se cree que esto ocurre porque durante la actividad física aumenta la utilización de glucosa, lo que conduce a una disminución del nivel de esta molécula debido a la reducción del glucógeno muscular. Otros mecanismos incluyen mejora de la función endotelial, de las funciones de las células pancreáticas, del metabolismo de la glucosa, de la reducir el tejido adiposo visceral, de aumentar el tejido muscular y aumentar el transporte de glucosa, promoviendo así una mejora en la sensibilidad a la insulina y la absorción de glucosa. De esta forma es como el ejercicio puede favorecer la prevención y/o el tratamiento de la diabetes tipo 2. Más información Rutina de Ejercicio (Pecho)
