Cambios en el corazón inducidos por el Entrenamiento de Resistencia Funcional

El Entrenamiento de Resistencia Funcional (FRE) se ha convertido en parte de los programas de tratamiento de varias enfermedades crónicas del corazón y del hígado. Entre estas patologías se encuentra la Enfermedad del Hígado Graso No Alcohólico (EHGNA), en la que hay daño en las células del hígado, lo que puede derivar en cirrosis. Las personas con esta afección pueden experimentar problemas cardiovasculares, como enfermedad de las arterias coronarias, aterosclerosis y arritmias cardíacas. El ejercicio puede reducir estas consecuencias, ya que aumenta la estimulación parasimpática de la función autónoma cardíaca y también tiene un efecto anti fibrilación ventricular. Específicamente, se ha informado que el ERF induce cambios en las vías de señalización estructural celular y molecular del sistema cardiovascular, permitiendo así que la red vascular funcione mejor. Además, este tipo de entrenamiento mejora características de la aptitud muscular, como la fuerza, la resistencia, la coordinación y el equilibrio. En pacientes con función cardíaca sistólica y diastólica mejorada, también fortalece el corazón al aumentar el grosor de la pared del ventrículo izquierdo y el diámetro de las células cardíacas. Este tipo de ejercicio también aumenta la masa y la fuerza muscular, así como el volumen cardíaco y la resistencia física. Por tanto, se propone que ERF podría ser un tratamiento complementario para las comorbilidades asociadas con la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Más información

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