Existen varias estrategias farmacológicas para perder peso, pero lo mejor es centrarse en un estilo de vida que incluya ejercicio y una dieta saludable. Algunos estudios muestran que sólo con actividad física regular, las personas pierden un promedio de 0,5 a 3 kg de peso, lo que indica que los cambios en el peso corporal con el ejercicio variarán de persona a persona. Aunque algo que puede incrementar esta pérdida de peso es la combinación de ejercicio con un cambio en la dieta y la conducta alimentaria. También, se ha demostrado, que esta combinación, ejercicio y modificación de la dieta, reduce el peso de manera diferente según la persona. Esta variabilidad se debe a que algunos individuos presentan un aumento de la sensación de hambre, mientras que otros presentan un aumento de la sensación de saciedad. Las sensaciones mencionadas anteriormente pueden intentar regularse con determinadas conductas alimentarias, un ejemplo de ello es la compensación, en la que se aumenta el aporte energético y se satisfacen los antojos de comida. Varias investigaciones han indicado que las personas con conductas compensatorias son aquellas que no reducen significativamente su peso durante el ejercicio, incluso pueden experimentar un incremento de su peso corporal. Entonces, de acuerdo con nuestros objetivos, es necesario disciplinar la conducta alimentaria compensatoria cuando practicamos actividad física.
