Las parafilias son intereses, impulsos, fantasías o conductas sexuales persistentes y recurrentes de considerable intensidad que involucran objetos, actividades e incluso situaciones que en algunos casos parecen atípicas. La condición no es inherentemente patológica, sin embargo, puede considerarse enfermedad cuando causa deterioro, angustia o degradación funcional a la vida del practicante o de un tercero. Las perversiones consideradas patológicas incluyen: pedofilia, exhibicionismo, voyeurismo, sadismo, masoquismo, masoquismo, fetichismo y fetichismo travesti. Hasta el momento, el origen de las parafilias no está claro, pero se cree que los procesos neurobiológicos, interpersonales y cognitivos tienen una influencia combinada. También se han documentado diferentes factores genéticos que contribuyen al desarrollo de cierto tipo de parafilias, como el polimorfismo de COMT Val158Met (rs4680). Un estudio reciente centrado en la neurotransmisión de los trastornos parafílicos encontró evidencia que sugiere que la dopamina central desempeña un papel clave en la patogénesis de los trastornos parafílicos y la alteración general de la regulación consciente del comportamiento. Los resultados de este estudio revelaron niveles elevados de serotonina y noradrenalina, con una concentración reducida de DOPAC (ácido 3,4-dihidroxifenilacético) en muestras de orina de personas diagnosticadas con trastornos parafílicos. Estas son hasta ahora, algunos eventos biológicos moleculares que pueden dar origen a las parafilias, no obstante, hacen falta más estudios que ayuden a profundizar más en el conocimiento, a distintos niveles, de estas condiciones.
