Los patrones dietéticos son un factor importante para el desarrollo, o no, de Enfermedades No Transmisibles (ENT), las cuales son una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo. Las ENT asociadas a la dieta, como lo son, la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, etc., son más frecuentes que las relacionadas a la deficiencia de nutrientes. La obesidad por su parte es una ENT que se presenta hasta en el 21% de la población y se proyecta que para 2030 aproximadamente el 47% de la población sufrirá de esta condición. Recientemente se propone que para evaluar y combatir esta ENT, es necesario un enfoque de “Dieta Completa”, esto para tomar en cuenta las posibles relaciones de sinergia o antagonismo que algunos alimentos pueden tener entre sí. Investigaciones indican que existen al menos 5 formas frecuentes de alimentación completa: basada en carne, ovo/láctea, vegetariana, centrada en mariscos y en la que se come principalmente papas. También, se ha observado, que en algunas ocasiones las personas vegetarianas reportan haber consumido carne con cierta periodicidad, así como los veganos llegan a consumir productos lácteos. Aun así, estos patrones alimenticios se han indicado como de mayor beneficio a la salud que aquellos relacionados con consumo de productos cárnicos.
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