Un factor de riesgo a padecer Enfermedades No Trasmisibles, tales como la hipertensión y/o diabetes tipo 2, es la Actividad Física (AF) insuficiente, clasificada como menos de 150 min de ejercicio aeróbico moderado o 75 min a alta intensidad, por semana. Además, la AF insuficiente se ha registrado como el cuarto factor de riesgo principal de mortalidad global y se estima que cuesta a los sistemas de salud globales $ 50 mil millones de dólares anuales. En 2016 se estimó, que la prevalencia a nivel global de AF insuficiente estandarizada por edad fue del 27,5 % a nivel mundial, siendo más alta para mujeres que para hombres. Otro estudio mundial encontró que la AF insuficiente es mayor en los países de altos ingresos que en los de bajos ingresos. Las áreas en las que menos AF se registra es en: trabajo, traslado y recreación, siendo la más prevalente aquella inactividad asociada a la jornada laboral. Además de las repercusiones físicas que puede tener la AF insuficiente, como cáncer, osteoporosis, sarcolemia, etc, se suman los efectos psicológicos, como, ansiedad y depresión. Para contrarrestar estos efectos y atendiendo a las necesidades de la sociedad actual, se ha propuesto, practicar AF de intensidad moderada, como caminar, andar en bicicleta, correr y hacer jardinería. Este tipo de actividades puede disminuir tiempo sedentario y por tanto el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular.
