El desarrollo y preservación de la masa y fuerza muscular se han reconocido, como fundamentales para el rendimiento físico y la salud fisiológica. Una de las estrategias que puede influir en dichos parámetros, es el entrenamiento de resistencia (ER), comúnmente conocido como de fuerza. Este entrenamiento debe de ser complementado con un aporte proteico adecuado desde la dieta, especialmente en lo relacionado al consumo de aminoácidos esenciales.  Un alimento que, se ha observado, influye positivamente en la síntesis proteica muscular, son los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga, principalmente el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Una fuente rica de estos ácidos grasos es el Aceite de Pescado (AP), el cual, se ha registrado aumenta, en aproximadamente un 50%, los agentes moleculares necesarios para la síntesis proteica muscular. Una investigación, evidenció que el consumo de AP por jóvenes que realizan un entrenamiento de fuerza aumentó de un 30 a 35% la síntesis proteica muscular en comparación con aquellos que no lo consumieron. Se plantea que los ácidos grasos del aceite de pescado pueden influir en la síntesis proteica muscular por diferentes vías moleculares, influyendo adecuadamente en varios parámetros del musculo, tales como: calidad, reclutamiento neuromuscular, procesamiento de los residuos de la degradación muscular, metabolismo de la insulina, fluidez de la membrana celular y modulación de citosinas inflamatorias.  

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