En México los estados nutricios deficientes se consideran un problema de salud pública, por ejemplo, la desnutrición, se ha observado, ha llegado a presentarse hasta en uno de 13.6% entre niños menores de 5 años, por otro lado, el sobre peso y obesidad se presenta hasta en un 75.2% en la población en general. Por este motivo se debe de tener cuidado en el aporte energético que ingerimos en la población mexicana, el cual se plantea ha disminuido su calidad debido al estilo de vida demandante de la sociedad. Lo anterior, ha favorecido, un aumento en la demanda de alimentos procesados (AP) y ultra procesados (AUP). Entre los factores que podrían tener un papel en dicho aumento están: los objetivos de lucro de la industria alimentaria, el marketing que puede tener un impacto en la elección de alimentos y la disponibilidad de AUP atractivos para las personas que trabajan muchas horas o viajan largas distancias y no tienen suficiente tiempo para preparar sus comidas. Aunado a esto se tiene que, se ha registrado, un aumento en la oferta y demanda de bebidas azucaradas. Curiosamente, se ha reportado, un aumento en la producción de carne, frutas y verduras en nuestro país, no obstante, se indica, que estos productos son principalmente destinados a la exportación. Lo anterior, encarece los productos anteriormente mencionados, lo cual se asocia a un consumo deficientes de carnes, frutas y verduras por gran parte de la población mexicana. Todo esto explica los altos índices de desnutrición, obesidad y sobrepeso que se registra en México. Se plantea que la opción natural para combatir este fenómeno de nuestra sociedad es el destinar un mayor porcentaje de la producción de carne, frutas y verduras para la población nacional. 

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