La sexualidad masculina es un componente de la salud humana que deriva de varios factores y se considera es una parte importante de la calidad de vida de las personas. Una función sexual adecuada depende de la interacción de varios sistemas corporales, entre ellos, el nervioso, el cardiovascular, el endocrino y el reproductivo. Esta función se ve favorecida por algunas actividades, entre ellas, el ejercicio, en cuanto a esto, se ha registrado, que el incremento en la práctica de esta actividad puede mantener el peso corporal dentro de los limites saludables y además puede proteger contra patologías sexuales, como lo es la Disfunción Eréctil (DE). Por ejemplo, varios estudios indican, que la práctica de un ejercicio extenuante frecuente se asoció con un menor riesgo de presentar DE en comparación con personas que no practican algún tipo de ejercicio o que lo hacen en muy pequeñas cantidades. También se ha mostrado que los hombres menores de 60 años se benefician más del ejercicio, en cuanto función sexual, en comparación con sus similares de 80 años. En general, se plantea, que la actividad física regular aumentará los niveles de testosterona, explicándose así su correlación con un aumento de la función sexual masculina. Aunado a todo esto, se ha observado, que la realización de algún tipo de ejercicio reduce el exceso de peso de hombres obesos y que esto conduce a una mejora de la función sexual. En conclusión, podemos observar, que el ejercicio puede ser un coadyuvante en la prevención y combate de la disfunción sexual masculina.
