Los efectos preventivos y rehabilitadores del ejercicio físico, en especial del Ejercicio de Fuerza (EF), han sido ya aceptados. Los efectos del EF a nivel celular son ya conocidos, al igual, que sus efectos hipertróficos en el musculo esquelético. Recientemente, se ha registrado que el EF tiene efectos diferentes en el organismo que el entrenamiento de resistencia aeróbica, tal como, el ciclismo, la natación, la carrera, etc. Por ejemplo, en el corazón, se ha observado, que el EF favorece adaptaciones morfológicas, en específico hipertrofia concéntrica (engrosamiento de la pared muscular del corazón), mientras que el entrenamiento de resistencia aeróbica induce hipertrofia excéntrica (aumentan las dimensiones internas y grosor de la pared del corazón). Además, se ha mostrado, que el gasto cardiaco durante el entrenamiento de fuerza con peso corporal es menor que durante el ciclismo continuo, el cual es un ejercicio de resistencia. Regresando a los efectos del entrenamiento de fuerza, se ha registrado, que favorece un aumento de la presión arterial, el cual puede ser alto cuando se practica estos ejercicios a altas intensidades. Por otro lado, también se ha mostrado que el EF tiene un impacto significativo a nivel cardiovascular durante y después del ejercicio, impacto que corresponde a la cantidad de masa muscular ejercitada. Estos son algunos de los efectos a nivel cardiovascular del entrenamiento de fuerza, no obstante, tiene muchas más repercusiones a distintos niveles.

Rutina de ejercicio (Hombro)