La pandemia por la COVID-19 ha afectado significativamente a la población, por esta y otras razones, se está poniendo especial atención en los efectos a largo plazo que esta enfermedad puede tener en las personas que la padecieron. Cabe mencionar que esta patología se produce cuando el virus se une a la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) a través de la membrana de glicoproteínas. Dicha enzima se expresa fuertemente en células pulmonares, renales, cardíacas, gastrointestinales, vesicales y testiculares. Se plantea que las lesiones de estos órganos se producen principalmente a los efectos directos de la infección y la disfunción endotelial secundaria a la respuesta inflamatoria sistémica virus-inducida. Como se puede observar uno de los componentes del organismo que puede afectar el virus de la COVID son los órganos sexuales, incluso algunos estudios indican que los que padecieron esta enfermedad pueden desarrollar Disfunción Eréctil (DE) debido al hipogonadismo subclínico, y a la alteración de las hemostasias cardiaca y pulmonar. Aunado a esto se le debe adicionar que la COVID también se asocia fuertemente a depresión y ansiedad lo que incrementar la posibilidad de sufrir DE. Reforzando lo anterior, se ha registrado, que las personas que sufrieron COVID disminuyeron su actividad sexual, así como sus niveles de satisfacción. Por evidencias como estas, se plantea, que la COVID tiene serias repercusiones en la salud sexual de las personas a tal grado de asociarse con la DE, no obstante, hacen fala más investigaciones para aclarar este tema.
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