A lo largo del mundo, el 42% de l@s adult@s intentan perder peso y un 23% adicional trata de mantener su peso actual. Entre las estrategias más comunes para lograr lo anterior se encuentran las dietas y el ejercicio. No obstante, se ha mostrado, que el peso promedio que la población pierde a través de las estrategias anteriormente mencionadas es de aproximadamente 1.6 kg en promedio. Se plantea, que posiblemente, lo anterior sucede debido a que las personas que practican ejercicio pueden compensar la práctica de esta actividad con comportamientos que dificultan la pérdida de peso. Específicamente, las personas pueden alterar sus hábitos alimenticios en respuesta al ejercicio aumentando su ingesta de alimentos o comiendo de manera menos saludable después de haber hecho ejercicio. Por ejemplo, en un estudio se hizo que los participantes hicieran ejercicio en una bicicleta estacionaria hasta que quemaran 120 kcal, pero se les informó falsamente que habían quemado 50 kcal o 265 kcal. Los participantes a los que se les dijo que habían quemado 265 kcal consumieron más alimentos, en una prueba de sabor posterior, en comparación con aquellos a los que se les dijo que habían quemado 50 kcal. Es planteado que este tipo de comportamiento alimentario compensatorio podría ser la base de parte de la variabilidad observada en la cantidad de pérdida de peso en respuesta al ejercicio e interferir con los objetivos de fitness, salud y peso de las personas. 

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