Las personas de las minorías sexuales y de genero se enfrentan a disparidades en diferentes rubros, uno de ellos es la salud. El término “mino

rías sexuales y de género” abarca identidades como lesbianas, gay, bisexuales, transgénero, queer, intersexuales, asexuales, etc. (LGBT+). Estas identidades definen ubicaciones de personalidad únicas que influyen en las experiencias de estigma y discriminación. Las personas LGBT+ se enfrentan a disparidades de salud, incluido en el acceso a la atención médica, la discriminación por partes de l@s proveedor@s de atención médica, el posponer o no buscar atención médica y de acceso a seguro médico. La teoría del estrés de las minorías sugiere que las personas pertenecientes a minorías sexuales se enfrentan a una mayor exposición al estrés social relacionado con el estigma, los prejuicios y la discriminación y, por lo tanto, corren un mayor riesgo de resultados negativos para la salud física y mental, en comparación con sus homólogos heterosexuales. Por ejemplo, las mujeres de minorías sexuales tienen más probabilidades de informar infecciones de trasmisión sexual y embarazos no deseados en comparación con sus contrapartes heterosexuales. Por su parte, los hombres gais, bisexuales y otros hombres cisgénero y transgénero que tienen sexo con hombres tienen un riesgo particularmente alto de contraer el VIH. Aunado a esto, se ha registrado, que las personas transmasculinas tienen una probabilidad reducida de someterse a un examen de detección de cáncer de cuello uterino en comparación con las mujeres cis. Todo esto nos indica que la disparidad y discriminación que se observa en los servicios de salud, y en la población en general, se puede relacionar con resultados indeseables en la salud física de las personas de la comunidad LGBT+. Por este motivo es imprescindible un cambio en la percepción de nuestras relaciones humanas que nos dirija hacia una igualdad en todos los ámbitos.  

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