Los Entrenamientos de Alta Intensidad (EAI) pueden ayudar a reducir secuelas post-tratamiento en pacientes que sufrieron cáncer. Este tipo de pacientes van en aumento debido a los avances que se han generado con respecto a su tratamiento. Entre los efectos secundarios post-tratamiento anti-cáncer están la reducción de la masa muscular y la fuerza, lo cual puede disminuir su función física, su calidad de vida e incluso aumentar la probabilidad de muerte. Ha sido mostrado que seguir programas estructurados de ejercicio durante el tratamiento de cáncer puede disminuir la fatiga asociado al tratamiento, aumenta el tamaño de fibra muscular y la inflamación. Particularmente, se ha observado, que el entrenamiento de resistencia puede contrarrestar la pérdida de masa muscular y mejorar la fuerza en los sobrevivientes de cáncer. Por otro lado, también se ha registrado, que las personas que han realizado algún ejercicio disciplinadamente previo a su tratamiento de cáncer pueden ganar más fuerza cuando aumentan las sesiones de entrenamiento. Los beneficios que pueden generar los entrenamientos en este tipo de personas dependerán de la intensidad del mismo, por ejemplo, se muestra mayores ganancias de fuerza en piernas en personas que fueron tratados contra el cpancer cuando practican un EAI. En estas personas también se deben de tomar otros factores cuando se planifica su plan de entrenamiento, entre ellas, la inflamación que pudiesen presentar y el tipo de proceso cancerígeno que experimentaron. De esta forma podemos ver que el entrenamiento y la intensidad con el que lo practiquemos ayudará a la recuperación y mantenimiento de pacientes que tuvieron cáncer. Aunque es recomendable que los entrenamientos sean diseñados por profesionales debidamente capacitados.
