Existen movimientos comunes, en los que se ocupan diversos músculos que debemos de entrenar, uno de estos movimientos es la triple extensión de las articulaciones. Las partes del cuerpo en las que se involucra este movimiento son, la cadera, la rodilla y el tobillo. Esta habilidad se utiliza durante saltos, aceleración de carreras de velocidad, cambios de dirección, golpes, patadas y lanzamientos. Los músculos clave involucrados en estos movimientos son el vasto lateral y el bíceps femoral. Para trabajar estos músculos se pueden ocupar varios estímulos de entrenamiento, tales como, entrenamiento de alto volumen, entrenamiento excéntrico, etc. Lo anterior para lograr grosor muscular (GM) y/o adaptaciones de longitud del fascículo (LF), que pueden mejorar las características de producción de fuerza del atleta. Investigaciones han mostrado que el GM y el área transversal del musculo se relacionan con la magnitud de producción de fuerza mientras la LF se relaciona directamente con las características fuerza-velocidad de los músculos. Estas características pueden ser trabajadas con ejercicios de tracción, para esto se recomienda que los practicantes carguen derivados de tracción en función de objetivos específicos, aunque al mismo tiempo se debe permitir cumplir metas generales. Por ejemplo, es recomendable secuenciar ejercicios de tracción a carga supramáxima para trabajar la fase de fuerza general, mientras que ejercicios de la misma naturaleza con cargas ligeras pueden usarse en la fase fuerza-velocidad. Por esto es recomendable que cada rutina de ejercicio sea diseñada por un profesional debidamente capacitado.
