La fatiga física persistente y que aparentemente no tiene una razón médica identificada, es nombrada como, Síndrome de Fatiga Crónica (SFC). Entre sus síntomas severos se incluyen, fatiga incapacitante, dolor musculoesquelético, trastornos del sueño, dolores de cabeza, problemas concentración y memoria. El centro de control y prevención de enfermedades registró que su prevalencia puede estar entre  0.24 y 2.55% en la población en general. Para este padecimiento es recomendable la práctica de ejercicio como terapia, definiéndose al ejercicio como una actividad como un movimiento corporal repetitivo y estructurado para mejorar o mantener uno o más componentes del rendimiento físico. Mientras que terapia se define como un tratamiento mediante el cual se intenta aliviar o sanar alguna enfermedad. En conjunto “Terapia de ejercicio” se propone como un régimen de actividad física designada o preeescrita para intentar aliviar o sanar alguna enfermedad. Este tipo de terapia puede incluir ejercicio aeróbico, tales como caminar, correr o trotar, y ejercicio de resistencia, como pesas, crossfit, etc. La implementación de esta terapia puede ser gradual, en donde se incrementa la intensidad y tiempo de entrenamiento según la capacidad de quien lo practica. Un estudio realizado en 197 personas mostró que ejercicio como terapia disminuye el SFC de manera significativa en comparación con el tratamiento convencional. Esto quiere decir que el ejercicio puede ser una herramienta terapéutica cuando se sufre de fatiga, aunque se debe recordar que se debe de practicar bajo un diseño monitoreo por profesionales de la salud capacitados.

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