Las hormonas sexuales, ya sea andrógenos o estrógenos, influyen tanto a nivel de conducta sexual como diferenciación física corporal. A nivel perinatal las hormonas gonadales, u hormonas sexuales, influirán en la organización de los circuitos neurales sexuales, los cuales posteriormente serán activados cuando las personas estemos en la etapa del despertar sexual. Una vez activado el circuito neural sexual influirá, entre otras cosas, en los comportamientos de apetito y consumación sexual. El apetito sexual, por su parte, se refiere a las acciones que aumentan la probabilidad de que se lleve a cabo una relación carnal y se cree que se asocia a la motivación sexual, aquí se incluye el acercamiento, la solicitud o la indagación de una pareja potencial, la exhibición de preferencia por una persona, entre otras cosas. Por otro lado, el comportamiento de consumación implica la relación sexual en sí mismo. Estos comportamientos son favorecidos por la estimulación de distintos grupos de neuronas, por ejemplo, las olfatorias, estas células detectarán señales químicas, en este caso en particular, olores y/o feromonas, que favorecerán una sensación de atracción hacia la contraparte. Otros factores que pueden influir a activar los circuitos neurales asociados a la sexualidad, son algunos agentes externos, como lo son los afrodisiacos. Todo esto nos indica que nuestra sexualidad dependerá, entre muchas cosas del desarrollo, evolución y salud de nuestro Sistema Nervioso, por lo cual es deseable revisarlo cotidianamente con un profesional debidamente capacitado.

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