El sedentarismo, ha sido clasificado, como la quinta causa principal de carga negativa, Burnout, por enfermedad y uno de los factores de riesgo de evolución maligna de cualquier patología. Es por estas, y otras razones, por las cuales se recomienda practicar ejercicio para disminuir dicha carga, no obstante, la frecuencia de práctica de esta actividad por la población está por debajo de lo esperado. Lo anterior, a pesar de que, es registrado que la práctica del algún tipo de ejercicio influye en la morbimortalidad y revierte parcialmente los efectos del envejecimiento en las funciones fisiológicas. A nivel psicológico el ejercicio ayuda a combatir la depresión, este trastorno afecta a más de 120 millones de personas en todo el mundo y generalmente se trata con antidepresivos y/o terapia psicológica. En lo que corresponde a los antidepresivos ocupan el 50% de los gastos de este trastorno psicológico y tienen distintos efectos secundarios. La actividad física puede combatir la depresión debido a que es una distracción de pensamientos negativos, es una fuente de generación de nuevas habilidades y mediante su práctica se favorece el contacto humano. Fisiológicamente la práctica de algún ejercicio físico favorece cambios en los niveles de endorfinas, monoaminas, cortisol y además estimula el crecimiento de nuevas células nerviosas y la síntesis de otros neurotransmisores.  Un estudio indica que la actividad física puede disminuir el consumo de antidepresivos por las personas que sufren de esta enfermedad, lo que reduce los efectos secundarios de los medicamentos y reduce el gasto económico en ella.

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