En el control del peso corporal entran diferentes sistemas orgánicos, entre ellos el cognitivo, se ha observado, que el control de algunas respuestas y resistencia a ciertos estímulos a nivel de cognición influye en esta situación. Es conocido que las personas obesas tienen un volumen cerebral reducido (corteza frontal y corteza cingülete anterior), además, muestran una gran actividad cuando responden a un estímulo de comida en las regiones que regulan la ingesta de alimentos (la red de la prominencia y la red hipotalámica). Aunado a todo esto, estas personas, exhiben una baja densidad de receptores de dopamina D2, lo cual es asociado con una actividad metabólica incrementada en las regiones prefrontales, las que influyen en estímulos inhibitorios y podría así considerarse un mecanismo que contribuyen a alimentarse excesivamente. Estos estímulos que favorecen la obesidad, pueden ser contrarrestados, no solamente corporalmente sino también a nivel cognitivo, por la práctica de algún tipo de ejercicio. Esta actividad, la cual es un aspecto de un estilo de vida activo, es efectiva para mejorar el control inhibitorio a nivel mental tanto en personas sanas como en individu@s obes@s. Una combinación de rutinas de ejercicios que puede ayudar a experimentar los procesos cognitivos asociados a los estímulos inhibitorios son: ejercicio aeróbico y de resistencia. Para ver los resultados de estos tipos de ejercicio se debe de llevar a cabo esta combinación de rutinas por al menos 12 semanas. Es de resaltar que estas rutinas deben ser diseñadas en base a las necesidades de cada persona por un profesional debidamente capacitado.
