Uno de los sistemas orgánicos con un papel importante en nuestra salud, es el sistema inmune y su acción puede ser potenciada por algunas plantas comestibles. Por ejemplo, muchos vegetales tienen efectos inmunomoduladores, ya que, favorecen la activación, proliferación o supresión de la respuesta inmune, fortaleciendo de esta forma las acciones del hospedero en contra de un agente patógeno o alérgeno (entidad que causa algún tipo de alergia). Lo que genera una respuesta inmunológica inadecuada, en algunas ocasiones, es la incapacidad del cuerpo de responder ante un agente patógeno, lo que se denomina inmunodeficiencia, sin embargo, las plantas tienen algunos compuestos que disminuyen este efecto. Ejemplo de esto son algunos compuestos derivados de plantas con acción inmunoreguladora y que están en una fase clínica son la colchicina, la curcumina, epilocatechina, el resveratrol, la capasaicina y la quercitina. Una de las plantas que producen este tipo de sustancias es la papaya, se ha mostrado que agua de sus hojas disminuye la producción de IL-2 e IL-4 y aumenta los niveles de IFN-γ, TNF-α e IL-12, entre otras moléculas. Otra planta con compuestos de regulación inmune es la soya, la cual aumenta la proliferación de células protectoras como los polimorfonucleares y células-T. Los champiñones por otro lado, son un alimento, altamente proteico, que puede regular la producción de promotores de la inflamación, como lo son el lipopolisacarido y el TNF- α. Con las acciones inmunomoduladoras de algunas plantas comestibles reforzamos la idea de que una buena alimentación se relaciona 100% con el mantenimiento y recuperación de la salud.

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