La salud sexual es una parte importante de la calidad de vida de la mujer e incluye el derecho de tener experiencias sexuales placenteras, seguras, libres de coerción, discriminación y/o violencia. Este tipo de salud incluye cuatro pilares fundamentales la salud, el placer, la calidad de vida y la justicia sexuales. El primer elemento, la salud sexual, incluye manejo de la fertilidad, prevención de la violencia, prevención y tratamiento de enfermedades venéreas y de la función sexual, deseo y clímax. Por otro lado, la calidad de vida sexual incluye seguridad, respeto, resiliencia en relación a la experiencia sexual, aceptación del pasado sexual, conformidad con la sexualidad y autodeterminación de la vida sexual. Actualmente hay diversos métodos para evaluar la salud sexual femenina y así poder tratar situaciones donde se consideran una multiplicidad de factores, tales como, falta de clímax, ausencia de orgasmo por falta de estimulación, entre otras. Entre los métodos para tratar este tipo de afecciones se encuentra las terapias cognitivas conductuales (TCC), en las cuales se tratan principalmente pensamientos y acciones relacionadas con las relaciones sexuales. En algunas de ellas se incluyen restructuración cognitiva (modificación de pensamientos insanos con estrés emocional), activación conductual (incremento de la participación mediante la actividad) y exposición dosificada a agentes generadores de ansiedad. De esta forma se pretende que las TCC puedan ser una opción para el tratamiento de algunas afecciones de la sexualidad femenina que tenemos a la mano con profesionales de la salud debidamente capacitados y así llegar a una salud sexual adecuada.
