La intensidad con la que se practica el ejercicio se relaciona con nuestra cantidad de apetito

La intensidad del ejercicio se relaciona con la forma en que se expresa nuestro apetito tanto en cantidad como en calidad. Debemos recordar que hay varias formas de entrenamiento físico, por ejemplo, el Entrenamiento a Intervalos de alta Intensidad (EIAI), aquí se alcanza un 80 a 100% frecuencia cardiaca máxima, también se encuentra el Entrenamiento a Intervalo Sprint (EIS) (la frecuencia cardiaca se encuentra arriba de 100%) y por último, se mencionará, el Ejercicio Continuo a Intensidad Moderada (ECIM). En lo que corresponde al EIAI y al ECIM, se ha mostrado, que la primera modalidad se relaciona con un menor consumo de alimentos después del ejercicio además de una disminución del consumo de alimentos “poco saludables” en comparación con la modalidad de Intensidad Moderada. Por otro lado, en el entrenamiento EIS se mostró que hay un cambio en la ingesta de alimentos después de 12 semanas de práctica, pero no así en ECIM. En cambio, cuando se realiza una rutina EIAI, registros muestran, que se nota una disminución en el hambre y deseo de comer inducidos por el ejercicio, junto con una menor ingesta de grasas después de la cuarta semana, mientras que con un entrenamiento ECIM esto se da a las 6 semanas. Algunos estudios compararon la ingesta de comida chatarra después del ejercicio en rutinas EIS y ECIM notándose que después de 12 semanas la ingesta de este tipo de alimentos disminuye cuando se practica la primera modalidad de ejercicio. Esta disminución en el apetito y la ingesta de los alimentos no saludables, en las rutinas EIAI y EIS, se atribuye a que las personas que practican estos estilos de entrenamiento disfrutan más su actividad física y por tanto aumentan su exigencia y la valoran más.

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