El acto sexual implica una gran responsabilidad y mantenerse siempre informado, ya que tod@s tenemos derecho a la preservación de nuestra salud sexual. Es necesario saber que en nuestros tractos reproductivos tenemos un microbioma (microorganismos que lo habitan normalmente), el cual es de gran importancia, ya que mantienen nuestra salud reproductiva, al proteger al hospedero de algunas enfermedades. Por ejemplo, en el tracto sexual femenino un desequilibrio de la microbiota puede asociarse a un alto riesgo de vaginosis bacteriana e infecciones de trasmisión sexual. En el aparato reproductor masculino el microbioma se localiza principalmente en la uretra y se ha relacionado con la calidad del semen y con la fecundidad. Existen varios factores que pueden influir en la microbiota genital, tales como: la raza, la edad, el estilo de vida y la actividad sexual. También se debe de tomar en cuenta que durante el acto sexual también se lleva a cabo un intercambio de microbiota, este intercambio afecta más al tracto sexual femenino. Por ejemplo, después de una relación sexual se ha mostrado, que en el aparato reproductor femenino disminuye la bacteria Lactobacillus crispatus y aumenta la población de Gardenerella vaginalis, sin embargo, en una persona sana este cambio se equilibra en un tiempo relativamente corto. No obstante, lo anterior, si las personas no tenemos cuidado y además se tienen varias parejas sexuales el intercambio múltiple de microbioma puede llevar a infecciones recurrentes o a otro tipo de enfermedades de trasmisión sexual. Por esto y diversos motivos se debe de tomar las precauciones necesarias en el momento de involucrarse en una relación sexual.
