En pro de mejorar nuestro sistema inmune y prevenir infecciones es recomendable llevar una dieta rica en nutrientes. Entre los nutrientes que tienen un papel inmunomodulador se encuentran las vitaminas A, C, E y el caroteno, así como algunos micronutrientes, tales como, el zinc, el selenio, el hierro, los ácidos grasos Ω3 y las bacterias probióticas. Por ejemplo, un adecuado consumo de caroteno, compuesto que ayuda a la síntesis de la vitamina A, contribuye a una respuesta inmune celular adecuada, al incrementar el número de monocitos positivos a MHC-II. En el caso contrario, cuando el consumo de caroteno es insuficiente, contenido en vegetales verdes, naranjas y amarillos principalmente, favorece la aparición de enfermedades infecciosas. La vitamina A, por su lado, se ha asociado, a la maduración de células inmunes, entre ellas, linfocitos, monocitos y neutrófilos. Otra vitamina que influye en el sistema inmune, estimulándolo, es la vitamina C, lo anterior lo hace al afectar la síntesis de prostaglandinas y la producción de citosinas, como el interferón. El ácido ascórbico (Vitamina C) también inhibe la actividad de la histamina y activa a células NK y linfocitos B y T. Por último, la vitamina E disminuye la síntesis de algunas moléculas proinflamatorias, tales como la IL-1β y aumentan los niveles de IL-2 e IL-4 influyendo en la respuesta inmune al modular el balance entre poblaciones de células T. Por este motivo es indispensable llevar una dieta diversa y balanceada si lo que se busca es poseer un sistema inmune adecuado.
