Energía es igual a la masa por la velocidad de la Luz al cuadrado, la famosa, E=MC2, formula inmortalizada por Einstein. A nivel biológico una de las moléculas directamente involucrada con los procesos de generación de energía es la Adenosin Trifosfato, o ATP. Dicha molécula es la que genera la energía para movernos y por su puesto para realizar nuestra actividad física habitual. El ATP juega un rol crucial en la salud muscular y la suplementación con este compuesto mejora el rendimiento atlético, al incrementar el flujo sanguíneo muscular, proveyendo de los nutrientes necesarios y reduciendo la fatiga. Una de las ventajas de consumir ATP como complemento alimenticio es que es rápidamente metabolizado y además incrementa su síntesis por los glóbulos rojos. De esta forma el consumo de Adenosin Trifosfato previene la disminución de sus niveles celulares, produciendo energía adicional para el ejercicio y retrasando la fatiga. En un estudio donde diferentes atletas sometidos a un entrenamiento de resistencia consumieron por 12 semanas 400 mg de ATP disódico, se mostró, un aumento en su masa magra, en el grosor de sus músculos, en su fuerza máxima y en su salto vertical, esto en comparación de cuando no se utilizaba el compuesto. Además, la suplementación con ATP es capaz de disminuir la pérdida de fuerza y poder, así como de reducir el daño muscular durante dos semanas de sobre entrenamiento. Se ha observado que el consumo de creatina o beta-alanina debe de llevarse por algunas semanas para que tenga efectos en la producción energética, en el caso del ATP, solo se necesitan 30 minutos después de la ingesta para que comiencen sus efectos. Esto muestra al ATP como un complemento adecuado para ciertos entrenamientos, aunque debemos de recordar que su administración debe de ser supervisada por un profesional debidamente capacitado.
