La codificación que realizamos de los rostros human@s influyen en la receptividad o no de una pareja sexual. Lo anterior debido a que l@s seres human@s podemos inferir información sobre nuestras contrapartes solamente de sus rostros, esto con respecto a características tales como, la edad, identidad, orientación sexual, sexo biológico, emociones, rasgos de personalidad y atractivo. El procesamiento y codificación de esta información puede guiar nuestro comportamiento a nivel interpersonal y dirigir la forma en la que nos relacionamos con las personas de nuestro alrededor. En el ámbito de la sexualidad el proceso de codificación está fuertemente influenciado por las señales de la otra persona, pero también por los atributos socioculturales de la persona que percibe al otr@. La codificación que hacemos de los rostros toma en cuenta la distribución de la topografía de la cara (por ejemplo, la distancia entre la boca y la nariz) así como de la categorización de cada rasgo por separado (digamos grosor, color y textura de los labios). Se ha mostrado que la orientación sexual juega un papel determinante en sí se encuentra atractivo un rostro, o no, aunque no se tiene claro el por qué, por ejemplo, personas heterosexuales encuentran más atractivos los rostros de personas heterosexuales mientras que personas homosexuales encuentran con un mayor atractivo rostros de personas homosexuales. Entonces hay muchos rasgos que favorecerán el que el rostro de una persona parezca atractivo o no, todo dependerá del cristal con que se mire.

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