Una de las consecuencias de la obesidad que puede ser combatida con el ejercicio y una alimentación adecuada, es la Enfermedad de Hígado Graso No- Alcohólico (EHGNA). Esta patología es una afección metabólica del hígado cuya frecuencia en la población mundial puede variar entre 6.3 a 45%. La parte del metabolismo hepático afectado en EHGNA es la que se encarga del procesamiento de los lípidos, lo cual, se manifiesta con una acumulación de triglicéridos en hepatocitos y en plasma, aumento del colesterol de baja densidad (LDL) y disminución del de alta densidad (HDL). El tratamiento para esta patología puede ser farmacológico y quirúrgico, sin embargo, los resultados no han sido los esperados. Por lo cual, se ha optado por opciones no farmacológicas, tales como la práctica de ejercicio. En especial, la actividad física realizada de forma continua por al menos 4 semanas de forma acumulativa, estructurada y planeada, ha mostrado tener buenos resultados en el control de EHGNA. Por ejemplo, en personas con Hígado Graso que realizaron alguna actividad física por 6 meses se registró se disminuyeron los niveles de triglicéridos, colesterol total, LDL así como el índice de masa corporal de los involucrados. Todo esto nos indica que la practica continua y disciplinada de alguna actividad física puede ayudarnos a disminuir los signos de la EHGNA y sus comorbilidades asociadas, tales como diabetes o ateroesclerosis.

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