En una época en donde la equidad de género y la lucha por la no violencia contra las mujeres van, por necesidad, ganando terreno, los piropos son algo que poco a poco caerán en desuso. Estos artefactos del lenguaje son frases que se dirigen al reconocimiento exagerado de las cualidades estéticas de las personas. Muchas ocasiones estas frases no son bien recibidas por el o la receptor(a) y recientemente un estudio indica que la respuesta ante el piropo emitida por el o la receptor(a) influye en la percepción que genera en el o la emisor(a). Un estudio realizado en España muestra que tanto hombres como mujeres que lanzan un piropo a otra persona se muestran menos atraídos y disminuyen su interés en generar una relación con alguien que da respuesta positiva a un piropo. Esto sucede porque la o el emisor(a) del piropo al recibir una respuesta de agrado por lo que dijo, en la mayoría de las ocasiones, llega a considerar en automático a la otra persona como superficial e insegura de sí misma. De esta forma tenemos que tener más cuidado en cuando y con quien usar los piropos, ya que no solo podríamos incomodar al o la receptor(a) porque tal vez se sienta agredida por el piropo sino que también podemos crearnos imágenes de su actitud ante el mundo, muy probablemente falsas, sin conocerla.

Más información